El Güije, o sea Chichiricú.

      En esta ocasión quiero dedicar la entrada a mi amiga Grisel Parera que me sugirió el tema, con mi agradecimiento y la esperanza de que siga siendo fuente de inspiración para lo que aquí escribo.

Estimado lector que rozas la suave y policromada pluma del Tocororo: El Güije, también conocido como Jigüe o Chichiricú en algunas partes de Cuba es un tipo de duende característico de la cultura cubana del Caribe.
Suele representarse como un negrito pequeñito, de grotescas facciones, ojos saltones y siempre muy escurridizo. Se dice que habita en ríos y charcas muy pobladas de vegetación y durante la noche aparece para asustar a los viajeros. Siempre andan desnudos o cubiertos con bejucos. Más veloces que los caballos, poseedores de gran fuerza y capaces de saltar a gran altura, esos míticos seres pueden aparecer o esfumarse en un santiamén.

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El Güije aparece en Cuba formando parte de la literatura, la música, las artes plásticas, películas, series infantiles y dibujos animados.
Su imagen ha sido usada para difundir mensajes a favor del medio ambiente y en la educación infantil. Sobre ellos se han realizado dibujos animados e historietas como «Kukuy», series infantiles como «El Camino de los Juglares», y han aparecido en películas como «Viva Cuba». guije2

Sobre los Güijes hay muchas leyendas. Existen varias versiones sobre su aparición en la cultura cubana. Siempre se habla de un negrito cabezón, feo, con una gran boca, ojos saltones y el pelo enmarañado. Algunos lo describen como un duende protector de las plantas y animales del monte que impone severos castigos a quienes maltratan la naturaleza. Les gusta comer golosinas aunque se dice que llegan a devorar personas y animales.

Andan desnudos o cubiertos de bejucos y guano y viven en ríos y charcas. Recientemente se dijo que habían sido vistos en las Cuevas de Bellavista. (Yo estuve allí y desafortunadamente no vi ninguno).Muchos campesinos aseguran que salen solamente de noche para asustar al caminante. Cuentan algunas leyendas que estos seres son muy enamoradizos y que acostumbran a hostigar a las muchachas hermosas que van a los ríos a bañarse o a lavar.

Existen varias versiones sobre la forma en que aparecen los Güijes. Se cuenta que con doce hombres llamados Juan (Doce Juanes), a las doce de la noche se pueden cercar y atrapar estos duendes. Otra versión asegura que al darle doce vueltas a una ceiba, por supuesto que a las doce de la noche, podemos invocar a un Güije y éste sale corriendo o ataca a la persona que lo invoca.

El imaginario popular ofrece varias versiones acerca del origen de los escurridizos y traviesos Güijes. Según una de ellas, esos fantásticos seres llegaron a la mayor de Las Antillas encerrados en una botija traída desde África en un navío portugués dedicado al comercio de esclavos. Al ser bajado a tierra firme, el recipiente de barro se rompió y los diablillos quedaron en libertad.

Al ver a los quejumbrosos africanos encadenados y tirados en la costa, los Güijes se asustaron y huyeron a los montes. Al igual que en suelo africano, fijaron su morada en ríos y lagunas.
Los humanos son el blanco de las travesuras y terribles bromas hechas por estos gnomos antillanos que, según el imaginario popular, tienen sus predilecciones. Si bien todos los guijes son amantes de las frutas maduras, la carne de cerdo cocida y el dulce de guayaba, también los hay adictos al ron. Se afirma que rechazan el tabaco.
Retozones y burlones, excepcionalmente malignos o sanguinarios, todos son muy enamoradizos y lascivos.

Numerosos son los cuentos referidos a aquellos que, desde su acuático escondite, fisgoneaban a las mujeres que iban a lavar o bañarse en los ríos.
Las jóvenes y hermosas jamás eran molestadas por los duendes caribeños, pero si las mujeres eran poco agraciadas, los diablillos removían el lodo y multiplicaban maldades hasta hacerlas salir del agua.

Aunque en los relatos de Cuba acapara protagonismo el Güije del río La Bajada, quien hizo de las suyas durante el siglo XVIII en el villaclareño poblado de Remedios, la memoria popular también guarda historias fantasiosas referidas a Güijes justicieros que ayudaron a los esclavos fugitivos a evadir la persecución de los rancheadores.
No faltan narraciones en las cuales el enano de piel negra y horrible imagen irrumpía en fiestas campesinas. Tras la huida de los asistentes al festejo, el goloso Güije robaba comestibles y bebidas que trasladaba a su madriguera.guiije1

Noctámbulo era el que fijó su refugio en el río Yayabo de la villa de Sancti Spíritus. Según la tradición oral, en las noches de luna llena el enanillo burlón solía presentarse en el puente de esa vía fluvial para asustar a los transeúntes.
Gran figura de los mitos cubanos, el duende moreno está presente en las manifestaciones artísticas nacionales.

Si el poeta Nicolás Guillén lo muestra cruel y sanguinario en la “Balada del Güije”, el escritor Francisco Robaina tiene en “La leyenda del Güije” una de sus principales obras.
Al duendecillo de las aguas dulces cantó el trovador Silvio Rodríguez en su pieza “El Güije de la soledad”, que en sus últimas estrofas expresa:

Del fondo soy de la laguna fría
donde la novia de la noche va
a deshacerse en platería
sobre mis aguas de oscuridad.
Soy sobresalto de los imprudentes
que se extravían en su trasnochar
y, aunque no soy heraldo de la muerte,
yo soy un Güije de la soledad

El mito se relaciona con las creencias que hablan sobre sirenas, ninfas y otros seres, habitantes de los ríos en muchas partes del mundo; algunos los comparan con los gnomos y otros enanos que aparecen en las tradiciones de los pueblos europeos.
Los historiadores cubanos José Luciano Franco y José Rafael Lauzán coincidieron en afirmar que los Güijes fueron creados por los colonizadores españoles para asustar a los niños y evitar que se bañaran a su antojo en los ríos y lagunas de Cuba. La tradición hizo que esa ficción se arraigara en los adultos, quienes la difundieron.

Duérmete mi niño
que te lleva el «coco»
no vayas al río
que te sale el Güije.

En mi tierra, que es Galicia, se dice que Trasno es un enano travieso y saltarín de piel morena y con barba. Viste de rojo, es cojo y tiene un agujero en la mano izquierda. Actúa por la noche dentro de las casas. Tira los platos, revuelve la ropa, asusta al ganado en la cuadra y hace ruidos por el desván. De día desaparece. Aquí es muy típico llamar a los niños «trasnos» cuando son muy inquietos o revoltosos.

Un Trasno es una criatura mitológica tradicional gallega. Se le describe como una especie de duende al que le gusta hacer travesuras y pequeñas maldades. En ocasiones también se le describe como un diablillo, entendido como ente distinto del demonio, porque nunca es tan maligno como éste.trasno2

Según la tradición habita en los bosques más frondosos o en las cunetas de los caminos esperando que pase alguien para desvalijarlo. Suele ser de hábitos nocturnos, actuando siempre a la luz de la luna, y sirve para explicar sucesos de causa aparentemente desconocida, sobre todo sucesos accidentales que comportan un daño poco grave.

Así, el Trasno trata de conseguir que se rompa la vajilla, que se pierdan las llaves, que caiga una valla, que se líen los hilos que esté cosiendo una muchacha, etc… Pero el Trasno también puede andar detrás de una persona y seguirla a todas partes. Algunas veces toma forma animal (como un caballo, un perro abandonado, etc…) y hay que destacar su asombrosa facultad para esconderse en cualquier momento y lugar.

De acuerdo con la cultura popular, existe un truco muy eficaz para librarse del Trasno. Consiste en dejarle en un plato o mejor, esparcido por el suelo, un buen puñado de lentejas, habas, granos de maíz o algo semejante. Como el Trasno no sabe contar más de cien, cuando llega a esta cifra tiene que empezar de nuevo y de esta forma se le mantiene ocupado sin que siga haciendo de las suyas.

En Marruecos se habla del “Djinn o Genio” que es de suma importancia en la tradición islamica. El Corán le dedica un capítulo entero.

Según parece, la palabra española “genio” proviene del árabe “djinn” cuyo significado describe a un tipo muy preciso de ser.

La tradición islámica sostiene que Alá hizo a los ángeles con luz pura, a los hombres con polvo y agua (barro), y a los Djinns con fuego sin humo. Los Djinns o genios fueron creados (siempre dentro de la tradición islámica) dos mil años antes de Adán y Eva, pero su raza no llegará a ver el Final de los Tiempos aunque pueden redimirse como los humanos.

El islam cree que los djinns pueden casarse y tener descendencia, incluso en la época medieval, el derecho islámico reguló el matrimonio, herencias y descendencia debida a la unión de humanos y djinns. Se pensaba que la reina de Saba, famosa por sus riquezas, era una Djinna.

Son invisibles a los humanos aunque son capaces de hacerse ver, poseer a personas, imitar su forma para suplantarlos (o formas de animales) y son usados para la magia negra y blanca. Los djinns o genios pueden ser buenos o malos ya que Alá les concedió el libre albedrío, pueden hacer mucho daño pero también pueden otorgar dones y hacer grandes favores.

Muchas de las actividades de los Djinns no perjudican directamente al hombre. Suelen volar o hacerse invisibles, y durante sus vuelos a menudo logran llegar hasta el Cielo Inferior donde escuchan a escondidas las conversaciones de los ángeles sobre acontecimientos futuros. De esta manera, los Djinns pueden asistir a los brujos, quienes consultan habitualmente a estos seres indiscretos.

Las moradas más comunes de los Djinns son las ruinas o lugares abandonados, siempre que estén en el desierto como por ejemplo el desierto del Sahara. La tradición de los Djinns pertenece a los mitos hebreos, quienes les atribuían el conocimiento, el cual no podían revelar, de todo lo que inquieta y desespera a los seres humanos.

La tradición explica que cuando un djinn era malo, cuando era especialmente cruel con los hombres, se le encerraba en una botella durante 1000 años y estarían presos y sometidos. De aquí viene la historia de Aladino y la Lámpara Maravillosa. Este es un cuento medieval árabe que se incorporó en el libro de Las Mil y Una Noches.

Por último, los ifrits son genios grandes y odian a los humanos, se burlan de ellos concediéndoles sus deseos aunque no de la forma que lo deseaban, son genios que quieren ser libres pero están sometidos, por estar castigados en botellas, a sus amos e intentan revelarse.

En Francia y en la cultura anglosajona existe el vendedor de arena( Le marchand de sable) Le_marchand_de_sableque es un personaje de fábula que deja caer arena en los ojos de los niños para que cierren los ojos y se duerman. En Dinamarca también hay un elfo “Cierra ojos” (Ole Lukøje en danés) que se relata en las obras de Hans Christian Andersen

Nuestros escritores, músicos, pintores y coreógrafos han tomado a estos personajes como fuente de inspiración para sus obras. Basta citar como ejemplo La balada del Güije, del insuperable poeta Nicolás Guillén:

¡Ñeque, que se vaya el ñeque!
¡Guije, que se vaya el Güije!

Las turbias aguas del río
son hondas y tienen muertos;
carapachos de tortuga,
cabezas de niños negros.
De noche saca sus brazos
el río, y rasga el silencio
con sus uñas que son uñas
de cocodrilo frenético.
Bajo el grito de los astros,
bajo una luna de incendio,
ladra el río entre las piedras
y con invisibles dedos,
sacude el arco del puente
y estrangula a los viajeros.

¡Ñeque, que se vaya el ñeque!
¡Güije, que se vaya el Güije!

Enanos de ombligo enorme
pueblan las aguas inquietas;
sus cortas piernas, torcidas;
sus largas orejas rectas.
¡Ah, que se comen mi niño,
de carnes puras y negras,
y que le beben la sangre,
y que le chupan las venas,
y que le cierran los ojos,
los grandes ojos de perlas!
¡Huye, que el coco te mata,
huye antes que el coco venga!
Mi chiquitín, chiquitón,
que tu collar te proteja…
¡Ñeque que se vaya el ñeque!
¡Güije, que se vaya el Güije!

Pero Changó no lo quiso.
Salió del agua una mano
para arrastrarlo…Era un Güije.
Le abrió en dos tapas el cráneo,
le apagó los grandes ojos,
le arrancó los dientes blancos,
e hizo un nudo con las piernas
y otro nudo con los brazos.

Mi chiquitín, chiquitón,
sonrisa de gordos labios,
con el fondo de tu río
está mi pena soñando,
y con tus venitas secas
y tu corazón mojado…

¡Ñeque, que se vaya el ñeque!
¡Güije, que se vaya el Güije!
¡Ah, chiquitín, chiquitón,
pasó lo qué yo te dije!

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Acerca de almejeiras

Me gusta Cuba y por eso hago este blog.
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3 respuestas a El Güije, o sea Chichiricú.

  1. Grisel dijo:

    Gracias Eduardo, por dedicarme este artículo. Me interesaba que escribieras sobre el Jigüe o Chichiricú de Cuba, porque en la memoria ancestral de los pueblos perviven criaturas mágicas, que han surgido como una necesidad social.
    Citas al Trasno gallego, los Elfos de Dinamarca; Le marchand de sable en Francia, como ejemplos coincidentes de este hecho.
    Y aprovecho la oportunidad para comentarte que en mi reciente visita a la Guyana Francesa supe de la existencia de otra criatura que me cautivó: el Masquillilí. Este es un enano que vive en la selva amazónica y se pone la ropa al revés, para que los incautos que se adentren en la enmarañada vegetación crean que él los guiará hasta la salida, pero lo que hace es confundirlos para que caminen hacia lo profundo y se pierdan.
    En mi investigación sobre el Masquillilí, llegué a la conclusión de que fue creado, hace algunos siglos, para que a los niños no se les ocurriera curiosear en la apacible, desbordante y peligrosa Amazonia.
    Aunque hay otras teorías, una de ellas es bastante dramática. Se dice, que en tiempos pasados las familias que tenían hijos deformes, los escondían llevándolos al interior de la selva y ahí, les creaban su habitad.
    Me gustaría poder intercambiar sobre el tema con otros lectores de “La pluma del Tocororo”

    • almejeiras dijo:

      Muy bien Grisel. Vamos a ver si aparece algún lector que puede añadir algo sobre el Masquillili o Maxillili que es un ser fantástico que nadie ha visto pero cuya leyenda está muy acreditada en la Guayana.
      «Un antropoide que se lleva los niños y los devuelve atontados después de un tiempo más o menos largo con buena salud pero habiendo olvidado cualquier acontecimiento ocurrido durante su estancia entre los Masquillilis.»
      (Trois ans à la Guyane française : 1901-1904. Auteur : Joseph Deydier.)
      Gracias y un saludo.

  2. Gonzalez-Larramendi, Jorge (Aviation) dijo:

    ‘chichiric`u mandinga…’ – está muy Bueno `este tu escrito. gracias.

    http://www.sacred-texts.com/neu/celt/ffcc/index.htm

    [Autumn Fairy [1918] (Public Domain Image)]

    The Fairy-Faith in Celtic Countries

    [sacred texts i think has been down for two days. – all`i studio el Mahabhaharata.]

    desgraciadamente el maestro antropólogo autor del Fairy Faith in Celtic countries
    estudió de me muchas partes del mundo: muchas… menos Iberia. . .

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