Dulce María Borrero

Estimado lector que rozas una vez más la suave y policromada pluma del Tocororo:

Dulce María Borrero de Luján fue una poetisa cubana de mucha importancia. Nacida en Puentes Grandes en 1883, falleció en La Habana en 1945.
A los doce años abandonó su país en compañía de su familia para instalarse en Cayo Hueso (Estados Unidos), debido al ambiente pre-bélico que envolvía la isla antillana. Acabada la Guerra de la Independencia cubana, regresó a su país natal y comenzó a darse a conocer como escritora. En 1908 recibió el primer premio de los Juegos Florales del Ateneo de La Habana. Fue miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras. 3

Defendió la incorporación de la población femenina al ámbito de la educación y la cultura en artículos como «La fiesta intelectual de la mujer: su actual significado; su misión ulterior» (1935) y «La mujer como factor de paz» (1938). En el único libro que dio a luz, “Horas de mi vida” (1914), recoge su obra poética, de delicada tonalidad lírica y de honda desesperanza. Continúa en su obra una tradición familiar: su abuelo paterno fue poeta; lo fue su padre, que era también un notable hombre de ciencia, el Dr. Esteban Borrero Echevarría, y su hermana, Juana Borrero. Como Juana, fue también Dulce María Borrero una muy distinguida pintora de flores y naturalezas muertas.

El 15 de enero del 2015 se cumplen 70 años de la muerte de Dulce María Borrero, poetisa y ensayista habanera nacida el 10 de septiembre de 1883. Desde pequeña vivió en un ambiente de profunda interacción cultural y literaria pues su vivienda era punto de reunión de intelectuales y espacio de tertulias.
En 1895 se trasladó junto con su familia a Key West, Estados Unidos, donde publicó sus primeros poemas en la Revista de Cayo Hueso. Luego vivió un tiempo en Costa Rica hasta que regresó a Cuba en 1899.

Su primer éxito literario lo obtuvo en 1908 al ganar los Juegos Florales convocados por el Ateneo de La Habana. Fue miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras desde su fundación en 1910 y codirectora de su publicación Anales.
En 1935 ocupó la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación y en 1937 fundó la Asociación Bibliográfica de Cuba. Publicó numerosos artículos y ensayos en Cuba Contemporánea, Revista Cubana, Revista Bimestre Cubana y El Fígaro.

Con un libro de poemas titulado “Horas de mi vida” y publicado en 1912, Dulce María Borrero ha quedado inscrita en la historia de la literatura cubana. Se asegura que no quería publicarlo y lo hizo debido a las insistencias del poeta y narrador dominicano Fabio Fiallo y del intelectual cubano Luís Rodríguez Embil, quienes tuvieron una participación decisiva en la publicación del libro en Berlíndulce-maria-borrero

Su poesía se caracteriza por la combinación de elementos de estilo propios del romanticismo español y del modernismo y en ella se transpira el sentimiento de frustración presente en la obra de la mayoría de los intelectuales cubanos de ese período, que algunos estudiosos califican como “confuso” y otros como de “marasmo lírico” y que se ubica entre la muerte de José Martí y 1913, cuando Regino E. Boti publicó en Barcelona su poemario Arabescos Mentales.

Sus poemas también se caracterizan por la defensa de la voluptuosidad y el erotismo frente a los rígidos cánones morales de la época que le tocó vivir.
Dulce María Borrero se destacó por su posición cívica y feminista. En 1914 suscribió la exhortación que varios intelectuales cubanos dirigieron al Congreso de la República para que aprobara la Ley de divorcio. Fijó su posición sobre el tema en su ensayo El matrimonio en Cuba, un estudio feminista de hondas resonancias en su época.

La primera vez que se celebró en Cuba el Día de los Padres fue en el año 1938. Por la sensibilidad con que debía estar enmarcado, tenía que ser una poetisa quien diera vida al homenaje a nuestros progenitores, que desde entonces tendría lugar el tercer domingo de junio, y precisamente esa primera vez resultó el día 19 del sexto mes del año, como en este 2011.
La poetisa Dulce María Borrero de Luján fue la pionera de la conmoración, teniendo en cuenta que ya las madres tenían su día el segundo domingo de mayo, mes de las flores, resultó una idea excelente escoger al tercer domingo de junio, mes de inicio del verano, para congratular a los padres.1850_dulce_maria_Borrero

La iniciativa fue de la norteamericana Sonora Dood en 1909, pero la idea de dedicar un día del año a los padres fue recibida en Cuba con entusiasmo y se escogió al tercer domingo de junio, al igual que en otros países de la América Latina y el Caribe, Estados Unidos, Canadá, y en naciones de Europa como Francia, Asia, incluyendo a la Republica Popular China o África.

Independientemente del significado sentimental, y al igual que ocurrió con el Día de las Madres, los comerciantes acogieron también con beneplácito la celebración que podría reportarles, y de hecho así fue, buenos dividendos, y cada año mejoraban la gestión de venta para obtener más ganancias con la venta de regalos para los padres.
Al margen de ese tono comercial, el Día de los Padres no ha perdido en Cuba la génesis de su concepción y las muestras de cariño y admiración hacia nuestros progenitores se suceden en todo el país cada tercer domingo de junio, un día sagrado dedicado a enaltecer a los hombres que escuchan de los hijos el tierno apelativo de papá o papi, y sienten emocionados que han cumplido bien la obra de la vida junto a su compañera.
Dulce María Borrero solo publicó un libro de poesía «Horas de mi vida», que le valió el primer premio y medalla de oro de la Academia Nacional de Artes y Letras, institución de la que llegó a ser uno de sus miembros.
Fue una sobresaliente luchadora de los derechos de las cubanas y en los artículos «La fiesta intelectual de la mujer, su actual significado, su misión ulterior» y «La mujer como factor de paz» defendió el excelente criterio de que sus contemporáneas tuvieran acceso a la educación y la cultura.

Iniciadora de la celebración en Cuba del Día de los Padres el tercer domingo de junio, la poetisa Dulce María Borrero de Lujan fue también una gran pedagoga, bibliógrafa, publicista, conferencista, dibujante y pintora.

Esmeraldas rumorosas,
porciones del patrio suelo
que os levantáis orgullosas
para besar amorosas
el gran zafiro del cielo;
Vosotros las que mirasteis
caer el postrer soldado ;
que, piadosas, lo arrullasteis,
y en pie, soberbias, quedasteis
sobre el campo ensangrentado;
En lenguaje misterioso,
ya que tan alto subisteis,
contadle al azul radioso
el secreto doloroso
de la canción que aprendisteis.

EstebanBorreroyfamiliatrebol de 4 hojas

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Una respuesta a Dulce María Borrero

  1. gardenia dijo:

    No la conocia seria interesante leer su obra saludos Edu

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