Alberto Díaz : KORDA

Estimado lector:

Este verano he vuelto una vez más a Cuba y mientras estaba allí, he recibido de los que me quieren un regalo muy valioso. Se trata del libro CUBA por KORDA con unas magníficas fotos del autor y textos de Christophe Loviny y Alessandra Silvestre-Lévy. Es un libro estupendo que me hizo profundizar más todavía en el conocimiento del fotógrafo más famoso de Cuba. Después de haberlo leído he mojado mi pluma de Tocororo en el tintero para escribir estas líneas.

Alberto Díaz Gutiérrez, más conocido como Alberto Korda  fue un famoso fotógrafo cubano. Nació en la barriada habanera del Cerro el 14 de septiembre de 1928. Era de ascendencia española por parte de su abuelo materno. Falleció en París el 25 de mayo de 2001. Murió a los 72 años, víctima de un infarto, tal y como relató a France Press Liborio Noval, amigo del artista: En el momento de su fallecimiento se encontraba en la casa de unos amigos y acompañado por su esposa. Reposaba su tradicional siesta en un sofá junto a su siempre acompañante trago de ron Habana Club 3 Años. Fue enterrado en La Habana cinco días después.

Tuvo diversos oficios: contador, vendedor ambulante, investigador de mercado, vendedor de productos farmacéuticos, de una compañía jabonera y detergentes Sabatés y de máquinas Remington.

Un día se compró una cámara fotográfica, la que usaba los domingos. En cierta ocasión fue al estudio del fotógrafo Newton Estapé para venderle una sumadora. Para ganarse al cliente, con su simpatía personal, le comentó que él también hacía fotos, y Estapé quiso verlas.

El que me atrajo a mí fue él, pues me convenció de que me dedicara a la fotografia y al final no le vendí la sumadora”, comentó Korda años después.

Más tarde conoció a otro fotógrafo, Luis Pierce (1912-85), con quien fundó los estudios Korda en la calle 21 nº15 entre N y O, en el Vedado. Inspirados en dos importantes cineastas húngaros, Zoltan y Alexander Korda, tomaron su apellido como nombre comercial del estudio, aprovechando la sonoridad y también el parecido fonético con la marca fotográfica Kodak.

Resulta curioso que siendo yo un admirador entusiasta del 7º arte y contemplando por enésima vez el maravilloso film de Carol Reed «El tercer Hombre» vi en la presentación el nombre de Alexander Korda que hasta entonces me había pasado desapercibido, impreso sobre la cítara de Anton Karas.

En el estudio Korda, Alberto y Luis, ya con el nombre comercial como apellido, se dedicaron durante años a la publicidad, retratos y fotos de moda, donde los encontró la revolución de Fidel Castro el 1 de enero de 1959.

Esta historia, esclarecida por el investigador Rufino del Valle, es poco conocida incluso en Cuba, donde a veces por error se le atribuyen a Alberto fotos de Luis, como es el caso de una muy conocida en la isla: la entrada de Fidel Castro el 8 de enero de 1959 a La Habana, donde aparece junto al comandante Camilo Cienfuegos.

Ya para esa fecha se había divorciado de su primera esposa, con la que tuvo una hija, y poco después se casó con Natalia Menéndez, una modelo que con el nombre profesional de Norka tuvo mucho que ver en su vida íntima y profesional.

Retirado Luis del oficio, y fallecido después, Alberto quedó solo con el nombre de Korda, con el cual entró a trabajar al periódico Revolución, y acompañó a Fidel Castro en muchos de sus recorridos, tanto fuera de Cuba, como en sus provincias.

Korda confesaba tres grandes pasiones en la vida: “Amo a las mujeres hermosas, el mar y la Revolución” y, según sus allegados, con las tres fue consecuente hasta el final de sus días.

Después de un tercer matrimonio y otro par de hijos, Korda se divorció nuevamente para no volverse a casar, pero sí a compartir su vida con jóvenes y hermosas mujeres, algunas de las cuales transitaron por su pequeño apartamento de Miramar, frente a la desembocadura del río Almendares, donde vivía con su anciana madre.

Algunos especialistas sostienen que Korda tenía algunos conocimientos técnicos de fotografía, pero muy pocos de estética: su gran dote era una increíble intuición para la belleza y la oportunidad.

Creo que la foto está en la mente del fotógrafo y la mayor parte de las veces en la ampliadora”, le dijo al periodista Ciro Bianchi poco tiempo antes de morir. La intuición lo llevó a hacer sus grandes fotos: la famosa del Che, la del campesino que en 1959 se encaramó en una alta farola durante una concentración o la de la niña con la muñeca de palo.

Vi de pronto a aquel campesino que trepaba por la base de la farola como si fuese un gato: llegó arriba, se instaló, encendió un cigarrillo y disfrutó del acto como si estuviese en un palco. Me impresionó y tomé la foto”, contó 42 años después.

Siempre trabajó con luz natural, tanto en las fotos de desnudos con sus modelos, en publicidad, en los retratos, o en las fotos de prensa. Durante años usó una vieja cámara Leica, que después sustituyó por otras Nikon o Canon para los 35mm o una Hasselblad para los 120 mm, con rollos de 400 ASA y varios lentes. “Es muy importante saber escoger el lente que lleva una foto”, sostuvo.

Korda se inició en la fotografía como «lambio» es decir, aquel que cámara en mano, toma fotos en bodas, bautizos y banquetes. Luego iba a su estudio, las revelaba y regresaba para venderlas.

Lo que más interesaba a Korda en principio era el fascinante mundo de la moda que le permitía acercarse a la belleza femenina. En Cuba nadie se dedicaba a ese tipo de fotografía pero logró un espacio en una revista en la que jóvenes de un erotismo sugerente, exhibían vestidos y promocionaban perfumes o jabones. Así fue como se hizo el mejor fotógrafo de moda y fotografía publicitaria de la Isla.

Comenzó a hacer fotos para una compañía de seguros, donde obtuvo el premio que le permitiría crear en 1956 los Estudios Korda junto a sus amigos Luis Peirce Byers (Luis Korda) y Newton Estapé.

Antes de ser reconocido como un maestro, fue un modesto fotógrafo empeñado en captar la belleza de las cubanas. Aprendió por sí mismo el oficio armado de una cámara de 35 milímetros, hasta curtirse en la pequeña oficina del edificio La Metropolitana de La Habana Vieja donde estuvieron los Estudios Korda.

Él y sus socios se alejaron del concepto tradicional del estudio fotográfico para ofrecer lo que hoy llamaríamos servicios integrados: una imagen de marca acorde al perfil de publicista de Korda. Elaboró campañas publicitarias para grandes marcas que consolidaron su estudio y sus cámaras estaban en eventos sociales, reuniones, inauguraciones, espectáculos y actividades culturales.

La victoria de los revolucionarios en 1959 dio un giro a su vida. En abril de ese año, Castro visitó Estados Unidos y Korda formó parte del equipo encargado de cubrir el acontecimiento. Allí realizó algunas fotos impresionantes. Más tarde lo acompañó en sus giras por Cuba y en la Unión Soviética en 1963 y 1964.

En la década de 1940 cursó clases comerciales en el Candler College y en la Havana Business Academy, los dos situados en La Habana. Junto a Luis Pierce (Luis Korda) fundó los estudios Korda, donde trabajó entre 1953 y 1968, en los que realizaban toda especie de trabajos comerciales. Aunque su formación es autodidacta aprendió fotografía en un inicio con Newton

Estapé y después con Luis Pierce. Con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, trabajó para la Revolución y acompañó a Fidel Castro como fotógrafo en distintos recorridos que el líder cubano realizaba en esos años. 1960 fue el año que cambiaría su vida, ya que fue durante este año cuando realizó la famosa fotografía El Guerrillero Heroico, la cual a consideración de grandes críticos es uno de los diez mejores retratos fotográficos de todos los tiempos y constituye la más reproducida de la historia de la fotografía en todo el mundo.Fue fundador de la fotografía submarina en Cuba. En 1968 se dedicó a la misma en el Instituto de Oceanología de la Academia de Ciencias realizando el Atlas de corales cubanos. Su obra fotográfica se ha expuesto en las principales galerías del continente europeo y en América, así como en otras partes del mundo.

En enero de 1959, fotografió la entrada triunfal de Fidel Castro en la capital cubana con Camilo Cienfuegos alzando una metralleta pero sobretodo es célebre por la famosa fotografía tomada a Ernesto Guevara mirando el cortejo fúnebre de los muertos en el atentado terrorista al barco La Coubre, el 5 de marzo de 1960.

Korda fue el autor de la más célebre fotografía del Che, esa que ha sido reproducida ininterrumpidamente durante años en pósters, camisetas y demás souvenirs y que muestra al guerrillero argentino de mirada penetrante con la famosa boina negra y la estrella roja de Comandante de la Revolución Cubana.

Fue el 5 de marzo de 1960 cuando Korda le hizo la popular foto al Che mientras participaba en el acto de despedida del duelo por las víctimas del sabotaje del barco francés «La Coubre».

La imagen, símbolo de las protestas juveniles de la época, es la instantánea más reproducida de toda la historia de la fotografía. Se publicó por primera vez en el periódico en el que trabajaba Korda y no volvió a verse hasta que se difundió ampliamente tras figurar en el acto de evocación fúnebre, en La Habana, el año de la muerte del «Che», en 1967.

Korda ganó un pleito en Londres contra la compañía Smirnoff Vodka que había utilizado su fotografía para una campaña de publicidad de la empresa. Tras el pleito le fue reconocida la propiedad intelectual del negativo y prohibieron a Smirnoff Vodka que utilizara su fotografía sin el permiso del autor. Korda declaró que los ingresos que generara la reproducción de la foto se dedicarían a la compra de medicamentos para los niños cubanos.

Asimismo, durante unos diez años, hasta la década de los 70, el presidente cubano, Fidel Castro, le eligió como su fotógrafo personal.

Durante su carrera fue partícipe de numerosos proyectos. Su obra se encuentra en colecciones de Cuba, Italia, Francia, Estados Unidos y México.

Desde 1959 trabajó como fotógrafo del periódico Revolución y como fotógrafo personal del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, hasta 1969.

Fue miembro fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

El año 1960 fue el que cambiaria su vida, fue en esta cuando realizó la famosa fotografía El Guerrillero Heroico, a consideración de grandes críticos es uno de los diez mejores retratos fotográficos de todos los tiempos y constituye la más reproducida de la historia de la fotografía en todo el mundo.

Fue fundador de la fotografía submarina en Cuba. En 1968 se dedicó a la misma en el Instituto de Oceanología de la Academia de Ciencias de Cuba realizando el Atlas de corales cubanos. Desde 1980 se dedicó a la foto de modas y trabajó como director de fotografía de la Revista Opina. Figuró como jurado en numerosos salones y concursos.

Para muchos en Cuba y otros países del mundo, Korda fue simplemente “el de la foto del Che”, la imagen de Ernesto Che Guevara divulgada en millones de copias por el mundo en cuanto soporte se pueda imaginar, e íntimamente ligada a la iconografía de la izquierda mundial, donde el guerrillero cubano-argentino ocupa un lugar importante.

Los que lo conocieron, recuerdan a un hombre delgado, pero vital, generalmente vestido de kaki beige, pañuelo rojo atado al cuello, chaleco de fotógrafo, un permanente cigarrillo en la mano izquierda, un trago de ron en la derecha.

Alberto era una gente muy especial. Le gustaba el canto, sobre todo cantar tangos; tenía una agradable voz de barítono”, recordó su amigo el también fotógrafo Mario Díaz, en una reciente entrevista. Y añadió:

También le gustaba mucho recitar, recitaba poemas suyos, porque escribía, y de otros; le encantaba la poesía de Pablo Neruda y conocía también a César Vallejo”.

Otro profesional de la cámara recuerda que “le cantaba las 40 a cualquiera, incluso llegó a interrumpir un discurso del comandante para hacer una aclaración”.

Entre 1959 y 1969 Korda fue reportero de Revolución y durante un breve tiempo de Granma. Es la época de sus grandes fotorreportajes y sus fotos de Fidel, el Che y otros líderes de la Revolución, unos 12 mil negativos.

Pero a diferencia de muchos fotógrafos oficiales, Korda nunca retrató en Castro al líder, sino al hombre, “y eso era relativamente fácil de conseguir, pues no había más que seguirlo y fotografiarlo en sus actos cotidianos”, dijo al respecto.

Quizás la foto de Castro tomada por Korda más conocida en Cuba, es en la que está en una montaña, de perfil, con su mochila y fusil. Fue tomada durante un recorrido del comandante por la Sierra Maestra, después del triunfo de la Revolución.

 Durante la crisis de los misiles, en octubre de 1962, la foto fue reproducida en miles de carteles que inundaron la isla con la consigna de “¡Comandante en jefe, ordene!”. “Nunca me gustó esa foto, Fidel luce muy rígido, me hubiera gustado que se mostrara más relajado”, sostuvo Korda.

El estudio Korda fue nacionalizado en 1968. Tras dejar el periodismo, se dedicó durante 12 años a la fotografía submarina, sin abandonar la foto de modas (que le permitía vivir) y las de otros modelos femeninos.

El 5 de marzo de 1960, Korda asistió como fotógrafo de Revolución a un acto en la esquina de 23 y 12, en La Habana, donde se rendía tributo a las 136 víctimas de un sabotaje contra el carguero francés La Coubre, que había transportado armas para Cuba.

En la tribuna estaban los más importantes dirigentes de la Revolución y algunos invitados extranjeros, como Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre.

Fidel Castro pronunciaba un vehemente discurso y Korda recorría la tribuna con un lente de 90mm montado en su vieja Leica.

En la segunda fila de la presidencia, el Che Guevara seguía el acto con el abrigo cerrado, el pelo desordenado y la boina negra con la estrella dorada de comandante rebelde.

Cuando de pronto aparece desde atrás la figura legendaria del Che ante mi cámara. La expresión de sus ojos fue tan fuerte que me turba unos instantes, me muevo, me tambaleo, pero inmediatamente oprimo el obturador y tomo dos fotos. Acto seguido la figura desaparece de nuevo por el fondo. No fue concebida, fue intuida”, relató Korda años después.La foto fue hecha con su Leica M2 con objetivo de 90 mm  y película Kodak Plus-x Pan.

«Por reflejo, disparé dos veces: una toma horizontal y otra vertical. No tuve tiempo de hacer una tercera porque se había retirado discretamente a segunda fila. De regreso a mi estudio revelé la película e hice algunas copias. En vez de sacar la foto vertical, encuadré la foto horizontal del Che, pues sobresalía una cabeza sobre su hombro«

Contrariamente a los que algunos han afirmado, el periódico Revolución sí publicó la foto un tiempo después, y Korda murió con la duda de si Guevara, aún en Cuba, la vio alguna vez.

Pero el negativo durmió el sueño del archivo por varios años, hasta que después de la muerte de Guevara en Bolivia en 1967, es encontrado en la colección personal de Korda por el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli, quien la reprodujo en un gran cartel de un metro por 70cm, que se dispersó por Europa en un millón de ejemplares, en sólo los seis primeros meses.

“Guerrillero heroico”, título que le dio Korda a la foto, se convirtió en la imagen más reproducida del planeta, y la crítica la considera una de las cien mejores piezas de la historia de la fotografía, y entre los diez mejores retratos.

Korda, el más versátil de los fotógrafos cubanos, murió en París el 25 de mayo del 2001 pero su fantasma sonriente y un tanto escandaloso aún deambula por La Habana, en sandalias sin calcetines, con un eterno cigarrillo, un trago de ron y el ojo avizor: para las mujeres bellas y las fotos excepcionales.

Acerca de almejeiras

Me gusta Cuba y por eso hago este blog.
Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Alberto Díaz : KORDA

  1. Pingback: Alberto Díaz : KORDA «

  2. Pingback: Fotografeando » ¡Corta y recorta!

Deja un comentario