Alejandro García Caturla: Músico universal y juez

Quero adicar esta entrada ó meu querido amigo Xosé Durán, compañeiro da Coral Polifónica Máximo Gorki que foi o que a inspirou. Quédolle moi agradecido.

Estimado lector que rozas la suave y policromada pluma del Tocororo:

Alejandro Evelio García Caturla fue un compositor cubano de música contemporánea. El escritor universal Alejo Carpentier lo definió como “el temperamento musical más rico y generoso que haya aparecido en la isla”.

Nació en ciudad de Remedios, Villa Clara, el 7 de marzo de 1906, hijo de Diana Victoria y Silvino. Siendo aún muy pequeño y casi sin poder alcanzar el teclado, sentado en las piernas de su “manejadora negra”, reproducía en el piano las melodías que escuchaba. Luego se fue nutriendo de conocimientos durante su juventud mientras participaba en fiestas rituales afrocubanas en su ciudad natal. Su pasión por la música se hizo evidente desde entonces y por eso llegó a dominar fácilmente la técnica del violín.caturla 3

Realizó los primeros estudios musicales con Fernando Estrems y posteriormente con María Montalván y Carmen Valdés. Al pasar a La Habana para cursar estudios de Derecho en la universidad estudió con Pedro Sanjuán Nortes, armonía, contrapunto y fuga.

En 1923 Alejandro García Caturla comenzó a estudiar la carrera de Derecho Civil en la Universidad de la Habana para complacer a su padre. En 1924 fundó con sus condiscípulos, una orquesta con formato de jazz-band llamada Caribe. En ese año también ingresó en la Orquesta Sinfónica.

La obra de Alejandro es reconocida tanto en Cuba como en el exterior. Tenía prodigiosa facilidad  para aprenderlo todo, incluidos los idiomas y la abogacía. A la vez continuaba realizando estudios de música, tratando de estar al día acerca de lo que en esos años 1925-1927 se hacía en Europa.

En 1925 se incorporó a la Orquesta Filarmónica y su director Pedro Sanjuán Nortes le impartía entonces clases de armonía, composición e instrumentación. Por esta época los maestros italianos Tina Farelli y Arturo Bovi guiaron su voz de barítono atenorado en la Academia de Canto de La Filarmónica Italiana. La revista Social publicó la partitura de su Danza lucumí, que luego formó parte del tríptico orquestal, Tres danzas cubanas.

A Caturla le tocó vivir una época marcada por la sociedad dividida en clases, a la cual se enfrentó todo el tiempo con singular pasión, la misma con que se enfrentó a las limitaciones reaccionarias, con gran coraje. Se manifestaba siempre muy independiente en todos los actos de la vida. Fue un hombre de un pensamiento muy avanzado, desafió los prejuicios burgueses de entonces y se casó con una mujer negra, a la cual profesó un amor muy especial. Caturla se nutrió desde edades tempranas de los variados componentes del espectro musical circundante. Óperas y bembés, arias, danzones y criollas, penetraron en su oído y fueron asimilados por el desprejuiciado talento artístico del niño y del adolescente, siempre abierto a las más inimaginables sonoridades.Caturla 1

En realidad, conjugó varias cosas porque estudió Derecho en la Universidad de La Habana, dirigió un jazz band, profundizó sus conocimientos musicales, escribió crítica, cantó en algunas ocasiones y compartió ideas con los intelectuales del Grupo Minorista.

Más allá del entorno de su natal Remedios, el hijo de Diana y Don Silvino, como lo conocían los mayores o el joven doctor Caturla, como otros le decían, era ya para sorpresa de muchos de sus conciudadanos uno de los compositores sinfónicos cubanos de mayor relieve, insertado plenamente en el ámbito musical de España, Francia, Alemania, Norteamérica y otras naciones. De un primer atentado a tiros en Palma Soriano escapó ileso el juez Caturla. No así de un segundo, en suelo natal. El homicida (un custodio de la cárcel), seguramente inconsciente de la trascendencia de su acto brutal, ejecutaba un doble crimen: el del funcionario judicial intachable y el del músico que tenía el temperamento musical más rico y generoso aparecido en la isla, según la autorizada opinión de Alejo Carpentier, calificativos, ambos, a los que muy pocos pueden aspirar cuando se han vivido sólo 34 años.

Alejandro García Caturla falleció el 12 de noviembre de 1940, al ser tiroteado por un matón que lo había amenazado para que no lo acusara en un juicio, a lo que el músico respondió que cumpliría con la justicia.

En 1927, al regresar a su ciudad natal tras graduarse de abogado en La Habana, se dedicó a la tarea de fundar, animado por los mismos empeños musicales que movían a Alejo Carpentier y a Amadeo Roldán con quienes había trabado amistad durante su estancia en La Habana, una Orquesta de Cámara en Remedios, entregado de lleno a tratar de llevar adelante un nuevo modo de hacer música.

La Orquesta de Cámara que fundó estrenó en Abril de 1927 su Obertura cubana, obra enraizada en lo más puro de la música cubana. Al calor del influjo que ejercían los minoristas con sus postulados renovadores, a algunos de cuyos miembros pudo conocer mientras estudiaba en La Habana.

En Octubre de 1927, fundó en Remedios, un pequeño periódico, de vida efímera, titulado precisamente Los minoristas. Sólo apareció un número, en el cual vio la luz su primera crítica musical.Caturla 2

En Junio de 1928 marchó a París. Allí estudió con Nadia Boulanger. Este viaje fue consecuencia de su relación con Alejo Carpentier.

De paso, se detuvo en Madrid, luego en Sevilla siguiendo más tarde hacia Francia, ahora acompañado del compositor mexicano Manuel Ponce. En la Sala Gaveau de París se estrenan en noviembre Dos poemas afrocubanos. Al mes siguiente, en función dirigida por el maestro Marius Francois Gaillard, se escucha su Bembé. Él, que no presencia la segunda de tales funciones, está de regreso en Remedios, donde a finales de año se le confiere el título de Hijo Ilustre de la ciudad. Para Caturla no es válido aquello de que nadie es profeta en su tierra.

En Septiembre de 1929 viajó de nuevo a Europa para representar a Cuba junto a Eduardo Sánchez de Fuentes en los Festivales Sinfónicos Iberoamericanos de la Exposición Internacional de Barcelona, donde se ejecutó Tres Danzas Cubanas para Orquesta Sinfónica.

En 1929 publicó varios artículos en la revista Musicalia dirigida por María Muñoz y Antonio Quevedo. En el número correspondiente a Julio-Agosto de ese año ve la luz su análisis sobre las posibilidades de los ritmos afrocubanos de ser incorporados al pentagrama musical con el título Posibilidades sinfónicas de la música afrocubana.

En 1932 organizó en Caibarién, con la colaboración de José María Montalván, una orquesta de conciertos para divulgar las obras sinfónicas de los clásicos y los contemporáneos y contribuir así a la educación del pueblo, de la cual fue director. En este mismo año fundó la Sociedad de Conciertos de Caibarién, de cuya orquesta fue director.

En julio de 1933 fundó la revista Atalaya.

En 1938 ganó el primer premio con Obertura Cubana, en el Concurso Nacional de Música convocado en 1937 por la Dirección de Cultura de la Secretaría de Educación y Mención Honorífica por Suite para Orquesta.

Cuando contaba con 22 años y el título recién expedido de abogado en 1928 parte hacia París con un buen número de obras en el equipaje: Obertura cubana, Tres danzas, Guajiras, Poema de verano, Poema de ambiente cubano.

En 1932, Leopold Stokowski estrena en Nueva York las Danzas Del tambor y Lucumí, Nicolás Slonimsky dirige audiciones de varias obras de Caturla, tanto en el exterior como en Cuba. Se cuentan entre ellas: Bembé, Tres danzas cubanas y Primera Suite Cubana. Los maestros Pedro Sanjuán, Gonzalo Roig, Amadeo Roldán y José Ardévol dan a conocer, en el país, las partituras de Caturla.

Mientras, el remediano ilustre también hace lo suyo con la obra de clásicos y contemporáneos. Desde su cargo de director de la Orquesta de Conciertos de Caibarién divulga la música de Wolfgang Amadeus Mozart ,Claude Debussy, Manuel de Falla, Antonio Vivaldi, Maurice Ravel, George Gershwin, Igor Stravinski¸ Cowell… además de la suya.

Era compositor, director de orquesta, violinista, arreglista pero también era juez. Hombre refinado, de semblante irlandés había sentido siempre una atracción poderosa por lo negro, lo cual le acarreó no pocas incomprensiones entre aquellos que abogaban por un folklore de sociedad.caturla 4

Fue violinista de las Orquestas Sinfónica y Filarmónica de La Habana, y en Caibarién fundó la Sociedad de Conciertos, desde donde divulgó la obra de músicos como Debussy, Rabel y Falla.

El catálogo de las composiciones de Caturla comprende piezas para piano, violín, órgano oriental, violonchelo, saxofón, conjuntos de cámara, formatos vocales, banda, música para el teatro y de manera ocasional en años de adolescencia para películas mudas. Dinámico, liberal en sus concepciones sociales y políticas, artista de vanguardia e innovador auténticamente nacional, Caturla alternó su gran amor, la música, con el ejercicio de su trabajo como juez.

En París editó sus Danzas Lucumí y Del tambor. El encuentro con el compositor Edgar Varese y con el escritor Louis Aragon, las funciones del ballet, los conciertos, son momentos inolvidables. Aun así, el 25 de octubre volvió a Cuba.

En la Ciudad Luz además, el músico llegado del trópico es torbellino de inquietudes, pero ante todo quiere estudiar. La profesora Nadia Boulanger lo acoge como alumno, pero más que darle clases, ella prefiere sostener con aquel aventajado discípulo un intercambio de criterios, lo orienta y estimula. Fue colaborador de las revistas Musicalia y la Revista de Avance; esta última representó las preocupaciones vanguardistas de la intelectualidad cubana en los años veinte del pasado siglo a la que Caturla estuvo unido al incorporar los ritmos e instrumentos afrocubanos a la orquesta sinfónica.????????????????

Su arte es una síntesis de nacionalidad y universalidad, de tradición y actualidad. Mezcló sabiamente los postulados de la vanguardia musical europea con los ritmos cubanos. Las obras sinfónicas de Caturla han sido ejecutadas por orquestas significativas de distintos países bajo la dirección de prestigiosos directores.

A través de su corta vida desarrolló múltiples actividades como violinista, ocupó atriles de segundo violín y viola en la Orquesta Sinfónica de La Habana y la Filarmónica. Como pianista se inició tocando en un jazz band del cual fue director haciendo algunas presentaciones personales, además tocaba saxofón, clarinete y percusión. Su voz de barítono se escuchó en algunos conciertos organizados por Annkerman y Lecuona.

Caturla no fue nunca un músico de “moda”, porque su personalidad era demasiado recia. No asistía a capillas privadas ni claudicó ante las buenas nuevas artísticas que llegaban de Berlín o Moscú. En música fue un solitario y un caso único en su país. Surgen las obras de Caturla con carácter propio y destacada personalidad. Algunos parecen temas de madrigal o de polifonía profana: tal es su transparencia y pureza.

El continuo uso de los metales es característico en su orquestación, así como la duplicación de estos instrumentos y el empleo de la percusión típica. Todos sus ritmos son obstinados, y en ocasiones frenéticos. Una terrible fuerza ancestral, que era como un demonio interior de Caturla, le llevó siempre a los ritmos y melodías afrocubanos, y esa música adquirió en sus obras sinfónicas un poder de seducción y un carácter de misterio pagano. Manejaba los temas negros con la misma habilidad que manejaba Bach los temas de fuga, y eran tan suyos dentro de la obra que apenas podemos distinguir entre un canto lucumí auténtico y un tema de su pura invención.

En la música de Caturla el orden es violencia y fuerza, una libertad que pudiera ser bárbara y primitiva si no tuviera límite en la propia capacidad sensual de su autor. Con tales virtudes o anti-virtudes tiene que juzgarse la música de Caturla: el análisis armónico, las reglas del contrapunto y las fórmulas de composición son de poco o ningún valor para medir con ellas esta música. Detrás de una melodía criolla o de un canto africano, están agazapadas las más terribles disonancias, dentro de formas anárquicas que no obedecen a ningún plan tonal ni caben en los marcos de la composición, clásica o moderna.

Caturla tuvo, desde el principio, una manera muy particular de sentir el folclore de la isla. Impermeable a la tradición hispánica  (Manuel de Falla no ejerció influencias sobre él), estudiaba con apasionado interés la producción de los compositores cubanos del siglo XIX, teniendo un verdadero amor por Manuel Saumell y por Ignacio Cervantes. Le atraía poderosamente aquella música, hecha de una lenta fusión de elementos clásicos, de temas franceses, de remembranzas tonadillescas, con ritmos negroides forjados en América. Su última obra, una admirable Berceuse campesina, para piano, es un reflejo de estas preocupaciones. En una composición de una sorprendente unidad de estilo, logró una síntesis melódica y rítmica de lo guajiro y de lo negro –tema guajiro, ritmo negro— por un proceso de asimilación total de dos tipos de sensibilidad puestos en presencia. Como lo guajiro, por su monotonía e invariabilidad, no podía brindarle una materia rica, construyó una melodía propia, abierta sobre dos octavas, absolutamente incantable, y que tiene, sin embargo, un sorprendente perfume de autenticidad, sin observar el metro ni el ritmo de son logró un milagroso equilibrio entre dos géneros de música que nunca soportaron la más leve fusión en varios siglos de convivencia.

Este acierto final explica toda su música. Caturla nunca tomó un género folclórico separadamente. Cuando compuso La Rumba, no quiso un movimiento rítmico para orquesta, una rumba cualquiera, que pudiera ser la primera de una serie: pensó en La Rumba, en el espíritu de la rumba, de todas las rumbas que se escucharon en Cuba, desde la llegada de los primeros negros.caturla 5

Cultivó el periodismo como cronista social y crítico de arte, dejó trabajos sobre pedagogía musical y sobre la música nueva de su momento. Su preocupación por la justicia lo llevó a realizar importantes trabajos entre los que se encuentra un ensayo sobre la delincuencia juvenil. Ejerció jurídicamente en varios municipios, manteniendo una conducta intransigente en el ejercicio de su profesión. Su carácter, en permanente lucha con los convencionalismos sociales y artísticos lo llevó a la muerte.

Obras importantes:

Mi mamá no quiere que yo baile el son.

No quiero cuento con tu marido.

 La viciosa.

 La número tres.

 Son en fa.

 Danza del tambor.

 No quiere juego con tu marido (Danza cubana no. 1), 1924.

 La viciosa (Danza cubana no. 2), 1924.

 La número tres (Danza cubana no. 3), 1924.

 Cuentos musicales. Escanas infantiles, 1925.

 Tres Preludios, 1925.

 Tres danzas cubanas, 1927.

 La rumba, 1927.

 Obertura cubana, 1928.

Comparsa (a Fernando Ortiz), 1930.

 Preludio Homenaje a Changó, 1936.

 Berceuse para dormir a un negrito, 1937.

 Berceuse Campesina, 1938.

Ópera

Manita en el suelo, libreto de Alejo Carpentier .

Desde 1927 Caturla había desplegado su labor como juez paralelamente a la música. En 1929 fue nombrado Juez Municipal de Caibarién y también Hijo Eminente y Distinguido por el Ayuntamiento de Remedios. En 1933, Juez Municipal de Ranchuelos. Expuso el Proyecto Laredo Bru sobre el nuevo código penal y tomó posesión del cargo de Juez Municipal de Palma Soriano.

En 1936 finalizó un proyecto de ley sobre la creación de juzgados correccionales de tercera clase; tuvo lugar el juicio seguido a personas y entidades dedicadas al juego ilícito, a quienes condenó. Multó al administrador norteamericano del central Miranda y fue agredido en su casa, aunque resultó ileso. En 1937 tomó posesión del nuevo cargo como juez municipal en Quemado de Güines. En 1938 tomó posesión como Juez de Instrucción de Remedios. En 1939 formó Sala en la Audiencia de Santa Clara como Magistrado interino. En 1940, los presos de la cárcel de Santa Clara reclamaron su intervención contra los desmanes del director de la misma y lo llamaron “juez justiciero”. La Audiencia de Santa Clara aceptó su sentencia sobre la no sancionabilidad de los menores delincuentes.

Realizaba visitas de inspección a los juzgados de la comarca. Escribió al Ministro de Defensa Nacional solicitando garantías para su vida y la de su familia, pues se planeaba su muerte por miembros del ejército y la policía de ese distrito. Envió un telegrama al Tribunal Supremo denunciando la amenaza de muerte sobre su persona. Cuando regresó a Remedios el 12 de noviembre, fue asesinado a balazos por un escolta de la cárcel de esta ciudad, a quien le había radicado causa para su elevación a la Audiencia de Las Villas.

El 13 de noviembre de 1940 tuvo lugar su entierro, en el que participaron las bandas de Remedios, Caibarién y Vueltas.

Descanse en paz este cubano universal.

Estimado lector: Puedes escuchar algunas obras de nuestro personaje:

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